VIVIR SIN PREOCUPACIONES: LA DANZA DE SOLTAR

¿Alguna vez has sentido que por más que lo intentas, nada parece salir bien? Como si la vida estuviera esperando algo de ti que no logras entender. Tal vez has estado demasiado ocupado tratando de controlar todo y te estás olvidando de vivir. La verdad es que la preocupación no te protege, solo te desgasta.

Irónicamente, es cuando decides soltar y confiar, en lugar de resistir, cuando todo comienza a acomodarse. Este mensaje podría ser la señal que necesitabas para empezar a ver la vida de otra manera.

La preocupación puede convertirse en una prisión invisible. Te hace sentir útil, como si pensar mil veces en lo mismo pudiera evitar lo peor. Pero no lo evita; solo te agota y te desconecta de lo que realmente puedes hacer. Mientras tu mente corre detrás de lo que podría salir mal, te estás perdiendo de lo que ya está saliendo bien.

No se trata de ignorar los problemas, sino de no vivir en ellos. Tu atención es poder: lo que alimentas crece, lo que resistes persiste. Cuando vives desde el miedo, todo parece urgente. Pero cuando comienzas a confiar, algo en tu interior se ordena. No porque la vida se vuelva perfecta, sino porque tú dejas de pelear con ella todo el tiempo.

El primer gran cambio ocurre cuando decides soltar

No es que te rindas, sino que entiendes que mereces vivir en paz. Ese momento cambia todo, porque cuando sueltas, te vuelves receptivo. La vida deja de sentirse como una lucha y empieza a sentirse como una danza.

El primer paso no es hacer más, es preocuparte menos. Es respirar hondo y decirte: «No debo tenerlo todo resuelto para estar bien aquí y ahora». Esta afirmación abre un espacio nuevo dentro de ti, donde ya no necesitas controlarlo todo para sentirte a salvo. Ahí empieza tu verdadero poder.

La preocupación es una adicción emocional

El cerebro se habitúa a vivir en modo alarma, anticipando problemas y dramatizando escenarios. Pero lo que realmente cambia tu vida no es pensar más fuerte, sino pensar diferente. La calidad de tus pensamientos está determinada por tu estado mental.

¿Cómo se cambia eso? No desde la lógica, sino desde la práctica

Mediante la respiración consciente, las pausas y las decisiones que no nacen del miedo. Tu energía se transforma cuando dejas de reaccionar y comienzas a elegir. Esa es la verdadera manifestación: cuando la acción nace desde la calma, no desde la urgencia.

Recuerda, preocuparte por algo no aumenta tus posibilidades de resolverlo

pero sí reduce tu capacidad de hacerlo bien. El exceso de futuro bloquea tu presente, y sin presente, no hay transformación. Suelta, confía y deja que la vida sea una danza, no una lucha.

Francisco Díaz Portillo

Director de CoachSports

Añadir comentario